Una cosa es “saber leer”, y otra “escribir”.
La diferencia es aún mayor para el braille.
Sin embargo, no se precisa una formación de alto nivel ni la disponibilidad de dispositivos extraordinarios. Es más (¡sorpresa!)…
Dejando a un lado las legítimas aspiraciones de acceso a la información y a la cultura, ¿cuáles son esas “necesidades inmediatas de braille”?
Por ejemplo:
- Colocar etiquetas o rótulos braille en envases, mandos de dispositivos, juegos, compartimentos…: facilitar la autonomía personal en la vida diaria.
- Preparar materiales para el desarrollo de habilidades hápticas e iniciación a la lectura braille.
- poner a disposición de un estudiante ciego los materiales imprescindibles que le posibiliten el estudio.
- Comunicarse ocasional o habitualmente de forma reservada mediante mensajes breves.
Necesidades a subrayar en el caso de destinatarios sordociegos.
“¿Es que no hay instituciones y centros especializados que puedan hacerlo?”
- Muy pocos. Casi ninguno.
- Sí, algunos, en países privilegiados. Pero ni siquiera allí están cubiertas satisfactoriamente todas las necesidades.
Y, así, están desatendidos los menores y adultos ciegos en su inmensa mayoría.
Y por eso tampoco están motivados ni posibilitados de aprender braille.
“¿Y quienes pueden contribuir a cubrir esas necesidades?”
Cualquier persona con un nivel de Educación Primaria. Incluso menos. ¡Vamos!: con la orientación necesaria, un niño alfabetizado de 10 años.
En general: desde familiares próximos, profesores de aula y de apoyo, hasta compañeros y amigos del beneficiario. De todas las edades…
Sin una formación especializada, y sin herramientas costosas y difíciles de conseguir…
Éste es el objetivo del presente Encuentro: abrir horizontes. Presentar fórmulas que den respuestas a dichas “necesidades inmediatas”. Y animar a la colaboración a cualquier allegado a una persona con discapacidad visual.
A las personas interesadas en tan sólo el audio les puede resultar más cómodo descargar directamente