Crecer seguros

La comunicación más precisa y completa de los contenidos matemáticos es la que se realiza mediante el “lenguaje simbólico”. Así pues: es necesario saber leerlo y escribirlo. Y no saberlo –en el nivel a cada uno debido- equivale a declararse “analfabeto matemático”, incapacitado para el estudio.

Gracias al Código Matemático Unificado CMU, -en revisión-, el estudiante ciego puede escribir en braille expresiones matemáticas de cualquier nivel educativo, aprendiéndolo a medida que lo necesita.

Se realiza todo género de operaciones y transformaciones aritméticas, algebraicas, analíticas, lógicas… Pueden construirse tablas y cuadros, e incluso algunas gráficas y diagramas.

Con independencia del instrumental de escritura disponible: ya sean pautas o regletas –de punto positivo o negativo-, máquina Perkins o un ordenador complementado con una “línea braille:

Sin braille no hay Matemática