Y usted: ¿qué tal anda de memoria?…
-“Yo, muy mal: ecesito tener las cosas escritas, y leerlas directamente, en vez de que “me las lea otra persona o una máquina.”
La escritura: fue el salto de la cultura hablada a la escritura, de la Prehistoria a la Historia, para los pueblos. Y hoy, para las personas, del analfabetismo a la educación.
La técnica la tornó más sencilla, más fácil, más rápida.
La memoria personal, no obstante, siguió teniendo un valor y una utilidad irreemplazables. Complementándose escritura y memoria, como la técnica está al servicio de la persona.
Distingamos –como los clásicos-:
Una cosa es la “memoria inmediata” o “memoria de trabajo”.
Necesaria para retener unos datos con los que se va a trabajar en los minutos próximos.
Se habla de una “memoria natural” –fisiológica, mecánica- de alrededor –por lo general- de 8 registros útiles. Que pueden aumentar mediante un entrenamiento adecuado… Pero en cualquier caso limitada, volátil y que se debilita con el paso de los años.
Y otra, muy distinta la “memoria a largo plazo”.
Almacén ordenado –estructurado- de conceptos y vocabulario, de técnicas y resultados.
Imprescindible para trabajar sin necesidad de acudir continuamente a las anotaciones. Propia de los profesionales y objetivo inexcusable de la instrucción.
Fruto de la repetición en la práctica, del interés y la intensidad.
La primera –la “memoria inmediata o de trabajo”– es el objeto de nuestra atención en los pequeños trabajos que irán apareciendo en las próximas semanas.
Vistos fríamente: colecciones de ejercicios variados y graduables, que provocan el esfuerzo por retener un puñado de datos. Por intentar desarrollar esa “memoria inmediata” sobre la que la inteligencia puede construir resultados no siempre triviales. Juzgarán unos.
Inocentes pasatiempos aliviadores de encierros forzados, de viajes prolongados, de veladas vacías… Acabarán pensando otros.
Con mirada didáctica:
Pequeños desafíos o retos para poner en juego los recursos personales de una “memoria inmediata que todos poseemos, de la que desconocemos sus posibilidades y límites reales. Límites –inferior y superior- de los que solemos estar engañados.
Los juegos que irán apareciendo en estas páginas son sencillos: no hará falta saber Latín ni Trigonometría…
No harán falta materiales sofisticados. Ni siquiera instrumental de escritura.
Porque precisamente uno de los objetivos es mostrar que “sólo con la memoria no basta”, que “tiene sus límites”… Que la escritura y lectura vienen en su ayuda, para no abandonarnos en el “analfabetismo”.
las piezas de juego irán variando:
- Palabras, letras, cifras, números. Esta vez.
- Formados en grupos de Conjuntos lineales, primero. Estructurados en dos dimensiones, después.
- Presentados en un escenario verbal, de habla común. Que también podría ser escrito efímero –presentación por tiempo limitado-: pero complicaría la presentación, pondría en peligro su economía radical, y –pienso- reduciría su encanto.
La gracia de los juegos está precisamente en eso: que le lean, y no leer por uno mismo. Pronto se comprueba.
- Vale lo mismo que le lean en papel o con un dispositivo digital, en caracteres visuales o en braille…
- Enunciados sencillos y lógicos, de comprensión inmediata.
- Disponibles como desafío individual o en grupo.
- Presencial, a distancia, en multiconferencia por plataforma, o enlatado –pregrabado-. (Que en todo hay que pensar, en estos tiempos que corren.)
(Accesibilidad e inclusividad…: sería casi un insulto no darlas por supuesto en donde nos encontramos.)
De los objetivos hablaremos en otro momento. Ahora…: ¡hagan juego!…, los valientes.
“Desafíos memoria – Presentación y Advertencias.pdf”
“Desafíos memoria – Con palabras.pdf”